En este paso estamos utilizando la KAMEA de Venus para formar el sello (firma) del ángel Hagiel. Indaguemos qué son las kameas y cuál es su uso en la magia.
En PASO 3 jugamos con las 8 variaciones posibles del cuadrado mágico de Saturno, conocimos la leyenda de su descubrimiento y la particularidad de la suma de sus elementos. Pero una princesa bruja lista necesita conocer algunos datos más sobre las KAMEAS.
Las KAMEAS PLANETARIAS son 7 particulares CUADRADOS MÁGICOS para usos mágicos.
Un cuadrado mágico (matemático) es la distribución de una serie de números enteros en una tabla con forma de matriz, donde la suma de los números de sus filas, columnas y diagonales principales es la misma.
Las particularidades de las kameas planetarias exigen (entre otros requisitos) que estas series numéricas sean correlativas y todos sus números diferentes.
HISTORIA.
El primer cuadrado mágico conocido del que tenemos evidencia es el ya citado en PASO 3 Lo Shu, fechado en el tercer milenio antes de nuestra era.
Se encuentran cuadrados mágicos en diferentes épocas y culturas (Hebrea, griega, bizantina, hindú etc.), siendo la cultura árabe la encargada de transmitir estas curiosidades matemáticas al occidente medieval.
Desde sus antiquísimos orígenes hasta las postrimerías del Renacimiento, los cuadrados mágicos tuvieron un uso adivinatorio, religioso y mágico
En el año 1500 el fraile matemático Luca Pacioli (Proporción áurea) describió los 7 cuadrados mágicos planetarios.
En el año 1514 Alberto Durero fechó su grabado «Melancolía», donde aparece un cuadrado mágico de orden 4.
En el año 1533 se realizó la impresión completa de «Los tres libros de la filosofía oculta» (De oculta philosophia libri tres) Enrique Cornelio Agripa. En su segundo tomo, los 7 cuadrados mágicos de uso mágico son denominados Kameas.
Esta explosión de interés esotérico por los cuadrados mágicos acabó con la llegada del Siglo de las luces europeo, pasando a ser un entretenimiento de prácticamente todos los grandes matemáticos a los que no pasaron desapercibidas sus curiosas simetrías, perdiendo su interés mágico.
Israel Regardie menciona en su «Golden Dawn» que en su tiempo de adepto (supongo en Astrum Argentum) los superiores de su esotérica orden no pudieron darle información sobre los ya en desuso cuadrados mágicos, alegando que en sus cifras se habían infiltrado algunos errores.